Qué hacer cuando se quiere hacer pero no se puede, cuando el cuerpo ya no responde a la mente, cuando sólo se desea descansar, dormir, oh!, dormir, y no despertar hasta dentro de una semana, qué hacer cuando se anhelan tanto las vacaciones a sabiendas que no habrán, qué hacer cuando se juega no sólo una vida sino todas, qué hacer si no tienes nada más que hacer sino estudiar, qué hacer si por una parte el sueño te carcome y por otra tu explosiva creatividad no deja que estudies, qué hacer cuando ya ni siquiera los brazos te responden como quisieras, cómo continuar cuando ya es tan difícil mantenerse, cómo romper las hiedras que no te dejan avanzar, cómo derretir cada una de esas cadenas ferrosas que te amarran al pasado, cómo vencer al presente para llegar al futuro. Mis cavilaciones ya no vienen tan a menudo, mi mente ha sido coartada por mi, en un intento desesperado de continuar bien, y qué mas duele sino la propia barrera de la creación, no duelen las llagas en los brazos, ni mucho menos las tendinitis, duele más no lograr lo que quisieras, metas, cumplir pequeñas metas y tratar de conseguir cumplir más y más y más, sin saber cuando es preciso detenerse, he sido echada andar y ya no me detendré, mi cuerpo no acallará a mi mente, aunque uno necesite del otro, ambos necesitan recrearse por sí mismos, y cuando uno no es capaz de defenderme, el otro sale en su auxilio, mi boca ha hablado, mis puños han callado.
Hoy vi la lluvia más maravillosa, limpia, sanadora, arrasadora, es como si del cielo botaran agua con un balde, como si una catarata se abriera paso desde el azul plomizo, es como si un cuchillo rajara las nubes permitiendo el paso de aquel líquido de vida, una barrera de agua cayendo sobre esos débiles paraguas, que al sólo soplido del viento mueren desechos...
Historia escrita alrededor del 12/06/06